Alcanzar la independencia financiera (vivir sin tener la necesidad de trabajar) es un sueño para muchos, pero no todos pueden alcanzarla.
En su lugar, perseguir la tranquilidad financiera es un objetivo muchísimo más razonable y sí está al alcance de todos.
La pérdida del empleo, una enfermedad, un viaje de emergencia o la rotura de nuestro coche, no deberían suponer nuestra ruina financiera ni tampoco emocional.