Vamos a abordar algunas definiciones que parecen obvias por cotidianas, pero que están lejos de ser obvias para la gran mayoría de las personas, ya que son conceptos que se repiten una y otra vez, se desvirtúan, se deforman, se distorsionan a conveniencia de quien los define.
Hemos escuchado la palabra «mercado» o «los mercados» hasta el hastío y la gran mayoría de las personas asocian esos términos a «la bolsa de valores» a «las acciones» pero esto es, como mínimo, inexacto.
Un mercado es un ámbito (físico o virtual) en dónde los individuos intercambian derechos de propiedad.
Por ejemplo ⤵️
Intercambio el derecho de propiedad de mi billete de 5€ por tu derecho de propiedad de un «Imán para la Heladera» como recuerdo de un lugar que visité en una feria de pueblo.
Este ejemplo, a primera vista, trivial, ilustra lo que es en realidad un «mercado». 💶
Dos individuos o entidades (cualesquiera) intercambian de manera voluntaria derechos de propiedad sobre productos o servicios.
De esa manera y siguiendo el ejemplo ⤵️
Yo pierdo mi derecho de propiedad sobre el billete de 5€ (soy comprador) y el vendedor pierde su derecho de propiedad sobre el Imán de Heladera por un valor «equivalente».
Sobre esto se desprende otro concepto importantísimo: EL VALOR
El intercambio voluntario ocurre SÓLO si se cambia «valor por valor»
¿Y esto cómo es?
➡ Como a mí me encantó el «Imán de Heladera» lo valoro más que los 5€ que pago por él.
⬅ Como al vendedor le encantan mis 5€ los valora más que lo que le costó fabricar, exhibir y entregar su «Imán de Heladera»
🔃 Es decir, siempre intercambiamos el valor de lo que tenemos, asumiendo que lo que recibimos a cambio, VALE MÁS o como mínimo, LO MISMO que lo que entregamos.
Si creemos que vale menos, el intercambio (repito, voluntario) no se concreta. 🛑
Cuando hablamos de «mercado de valores» o «la bolsa» estamos hablando del ámbito a dónde se intercambian derechos de propiedad sobre acciones, bonos y derivados.
Pero en esos intercambios no sólo participan compradores y vendedores de acciones o bonos. Están implícitamente involucrados los consumidores y por lo tanto comprender esas interacciones es un fenómeno tremendamente complejo.
¿Por qué?
Porque la cantidad de agentes económicos que participan de esos intercambios son millones y es imposible predecir sus comportamientos a largo plazo.
Uno puede hacer suposiciones que tendrán cierto grado de probabilidad pero es imposible saber con exactitud si esos agentes se comportarán como esperamos o si aparecerá algún imprevisto (cisne negro) que destruirá la probabilidad de que ocurra lo que imaginamos.