La increíble historia de Kyle MacDonald
En julio de 2005, Kyle MacDonald, un joven canadiense, se propuso realizar una hazaña increíble: cambiar un simple clip rojo por una casa. Inspirado por un juego de su infancia, Kyle decidió probar suerte en la vida real. Lo que comenzó como una pequeña idea se convirtió en un fenómeno viral que capturó la atención del mundo entero.
Todo comenzó con un simple anuncio en Craigslist, donde Kyle ofrecía intercambiar su clip rojo. A las pocas horas, alguien aceptó su propuesta y le ofreció un bolígrafo en forma de pez a cambio.
Con cada intercambio, los objetos aumentaban de valor o de utilidad, pasando por un generador eléctrico, una tarde con Alice Cooper, un contrato discográfico, y finalmente, una casa en Kipling, Saskatchewan.
Este viaje de intercambios no solo sorprendió por su resultado, sino que también abrió una discusión sobre cómo percibimos y valoramos los objetos. ¿Cómo es posible que un clip rojo termine convirtiéndose en una casa? La respuesta a esta pregunta está profundamente enraizada en la teoría subjetiva del valor.
La teoría subjetiva del valor y sus orígenes
La teoría subjetiva del valor sostiene que el valor de un bien no está determinado por sus características intrínsecas, sino por la percepción que los individuos tienen de su utilidad y deseabilidad. Esta idea desafía la visión tradicional de que el valor está dado por el costo de producción o por alguna medida objetiva.
Los primeros indicios de esta teoría se encuentran en los escritos de los escolásticos españoles, como Diego de Covarrubias y Leyva y el Padre Juan de Mariana (‘el origen del valor de las cosas se encuentra en la estimación subjetiva de los hombres‘), quienes en el siglo XVI ya discutían cómo el valor de los bienes estaba influenciado por la utilidad que los individuos perciben en ellos. Recomiendo el paper del profesor Jesús Huerta de Soto titulado ‘Juan de Mariana y los escolásticos españoles‘
Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX cuando la teoría subjetiva del valor fue formalizada por economistas como Carl Menger, Leon Walras y William Stanley Jevons.
Carl Menger y la Escuela Austriaca
Carl Menger, fundador de la Escuela Austriaca de economía, es uno de los padres de la teoría subjetiva del valor. En su obra «Principios de Economía Política» (1871), Menger argumenta que el valor de los bienes proviene de la importancia que los individuos les asignan en función de su capacidad para satisfacer necesidades humanas. Este enfoque marcó un cambio radical en la forma en que se entendía la economía, alejándose de teorías objetivas como la teoría del valor-trabajo.
Leon Walras y el equilibrio general
Leon Walras, uno de los fundadores de la economía neoclásica, también contribuyó significativamente a la teoría subjetiva del valor. Walras desarrolló la idea del equilibrio general, donde el valor de los bienes es determinado por la interacción entre la oferta y la demanda en mercados competitivos. Para Walras, el valor es subjetivo porque depende de las preferencias individuales y de cómo estas se manifiestan en el mercado.
William Stanley Jevons y la utilidad marginal
Por su parte, William Stanley Jevons, otro de los pioneros de la economía neoclásica, introdujo el concepto de utilidad marginal. Según Jevons, el valor de un bien depende de la utilidad adicional que proporciona una unidad adicional de ese bien. A medida que se consume más de un bien, su utilidad marginal disminuye, lo que explica por qué algunos bienes, aunque abundantes, pueden tener un valor bajo, mientras que otros, más escasos, son altamente valorados.
Lecciones de Kyle MacDonald y la teoría subjetiva del valor
El caso de Kyle MacDonald es un ejemplo perfecto de cómo la teoría subjetiva del valor opera en la práctica. A lo largo de sus intercambios, cada persona valoraba el objeto que recibía más que el que entregaba, lo que hizo posible que un simple clip rojo se convirtiera, paso a paso, en una casa.
Esta historia nos enseña que el valor no es una propiedad objetiva de los bienes, sino una percepción subjetiva que varía según las necesidades y deseos de cada individuo. Así como los escolásticos españoles, Carl Menger, Leon Walras y William Stanley Jevons argumentaron, el valor es un reflejo de cómo cada persona valora la capacidad de un bien para satisfacer sus necesidades.
En un mundo donde la percepción y las preferencias son tan diversas, comprender la teoría subjetiva del valor nos permite ver más allá de las etiquetas de precio y entender las dinámicas que realmente impulsan las transacciones y el intercambio en la economía.
Vi esta historia en este hilo de X, si bien no es de su autoría, si tiene el mérito de su divulgación, por lo que no quiero dejar de citar a este usuario ya que me dió la idea de crear este artículo profundizando sobre la teoría subjetiva del valor.